viernes, 21 de marzo de 2014

Esgrima de Corvo II: El combate y tradición

Esgrima de Corvo II: El combate y la tradición

Forma de portarlo

 El corvo se lleva en la cintura, sobre el costado anterior izquierdo y con el filo hacia abajo-atrás, sostenido por el cinturón o faja, pudiendo usar o no funda. Las fundas también se hallan de materiales diversos, siendo difícil el diseño y construcción por la forma de la hoja y su modo de uso y desenfunde, además debe ser de un material inerte, ya que el cuero contribuye a la oxidación del metal. En definitiva, el corvo no es un arma para tener guardada, sino para ser llevada activamente. Típicamente el corvo es de fabricación artesanal, pudiendo ser forjado por un maestro o por su propio usuario. El corvo es fabricado con materiales de oportunidad, lo que se puede apreciar, sobre todo en los mangos. Esto permite determinar la procedencia de un arma y la de su constructor o dueño.

El combate

En la actualidad la Esgrima de Corvo es mantenida en cursos muy restringidos dentro de la especialización de Combate Especial y su enseñanza y práctica es sólo reservada entre especialistas maestros civiles y militares.

En los viejos tiempos simplemente era el arma para la supervivencia de los rotos. A continuación un extracto de Plath 1946.
“Para manejar el corvo hay que estar familiarizado con él. Es común oír decir que el roto es cuchillero. Sí, pero cuchillero fino, como ajustado a un código de honor. Entre peleadores y en plena lucha, aunque tengan blanco no pegan, hasta no fijar la puñalada certera, la que parta el alma y haga irse al contendor en un solo y largo quejido.
Los espectadores en raras ocasiones tratan de apartar a los adversarios, a no ser cuando estiman que ya han perdido el dominio de sí mismos y el cuchillo es blandido a tontas y a locas.
Hay que destacar que cuando la pelea es seria, el desafío se ejecuta atándose los pies, y entonces la lucha es formidable. Por lo general, buscan un solitario y apartado paraje, animándose u ofendiéndose cuando empiezan a cruzarse los filos. En esta ocasión se sirven de la faja, muchas veces de seda, con la que ambos se amarran el pie izquierdo. La mano derecha está como enguantada ya sea con una manta partida en dos, con una chalina o simplemente envuelta en un saco, a fin de que la muñeca no afloje el corvo; el brazo izquierdo siempre en alto, también está envuelto y sirve de escudo para barajar, parar los golpes, los cortes.
Pactado de este modo, el combate es a muerte: uno quedará panza al sol, guata arriba, con las tripas afuera, enredado en un corvo.
El vencedor, terminada la contienda, corta de un tajo la amarra, la faja.
El roto es decidido y valiente con su corvo. El roto ama su corvo y recuerda que ganó batallas a puro corvo (durante la campaña de 1879, el soldado lució en su uniforme el corvo, el que llevaba al lado izquierdo, en una elegante vaina).
Estos embelecos los empuñan los rotos pampinos para ventilar asuntos de ellos: defender una hembra, aclarar sus enredos, sobre todo cuando los dos sienten afecto por una misma mujer; a veces, una botella de pisco o una cuestión de minas suelen originar los encuentros. Hay puntas de corvos que han realizado proezas frente al abdomen descubierto de un contendor. Filigranas y arabescos se han escrito con sangre sobre la tostada y dura piel de los rotos, cuando estos son sufridos y no saben de dolores ni fatigas y caen sin pedir auxilio: el que es minero no chilla, aunque esté bandeado.
El corvo es un instrumento de defensa: por algo tiene una conformación arqueada como una garra; de ahí que cuando agarra desgarra.
En las manos de un malhechor se mancha, porque lo vuelve arma contundente. La parte terminal del mango la utiliza para dar golpes llamados cachazos. Por esta razón, la autoridad policial ha realizado campañas en todo Chile para suprimir el uso del corvo; pero su control es sumamente difícil, ya que éstos se pueden hacer de una lima, de un trozo de sierra, con las puntas de las hoces, en la casa, o al escape en las fundiciones”.

Golpes

 El corvo se toma como un martillo, con la punta mirando directamente al enemigo y manteniendo la mano a la altura de la cadera. La mano desarmada se mantiene cercana al cuerpo para contrapesar. La forma del corvo permite usarlo de diferentes formas:
Tajo: Se da con la cara interior de la hoja. Dentro de la distancia de ataque el Corvo corta limpiamente, pasando de un lado a otro del cuerpo. Este golpe se aplica en el vientre, ingle, cara, cuello, interior del codo y muñeca.
Revés: Se usa la cara exterior de la hoja, va hacia cualquier blanco y se aplica cuando el cuchillo vuelve de un tajo para aprovechar el movimiento, atacando siempre, aun al retroceder. Preferentemente se ataca al rostro para preparar el golpe de muerte.
Cala-Sandía: A modo de hacha, el Pico de Choroy parte en dos la cabeza del oponente en forma vertical.
La Chaqueta: La Uña del Diablo, rápidamente en dos movimientos descendentes, produce dos heridas enormes en forma vertical en ambos costados del tronco del oponente. De esta manera se crean bolsillos como los de una chaqueta, y el herido al tratar de comprimir sus heridas inútilmente, sus manos pasan de largo hacia el interior de sus propias entrañas.
Zarpazo: La Garra de Puma se clava de forma perpendicular y de arriba abajo al objetivo, aprovechando el peso del arma y del brazo, desgarrando al continuar su trayectoria y atrapando al enemigo al tomar contacto con el hueso. De esta forma se golpea a la cabeza, hombros y esternón.
El Gancho: La Garra de Puma en movimiento ascendente, se clava en la parte lateral interna del muslo o en los genitales, y de un solo tirón, el contrincante es levantado algunos centímetros del suelo gracias al impacto, y esto crea una herida profunda que lo desangra en pocos minutos.
Picotazo: El Pico de Cóndor se clava de forma perpendicular al cuerpo y al extender el brazo por completo, hacia dentro se hunde formando una herida curva hacia abajo, lo que permite perforar la cavidad torácica, los ojos o el cuello.
El Amigo: Cuando el combate es cerrado y hay un contacto extremo con el oponente, la Uña del Diablo entra en forma lateral a la altura media de la columna vertebral y crea una herida horizontal hasta los riñones, mientras se abraza al contrincante.
El Leñero: El Pico de Choroy en movimiento descendente, parte las extremidades con golpes en las articulaciones de los brazos. La idea de este golpe es la mutilación en vida del oponente.
Cachazo: Se usa en la corta distancia, pegando con el pomo en línea horizontal hacia afuera o vertical hacia arriba.

Manejo

El Corvo es un arma poco convencional y para su uso efectivo (como con casi todos los cuchillos no convencionales) se debe estar familiarizado con él, con su peso, sus partes, tacto y balance. Asimismo, se sabe que una hoja curvada causa más daño anatómico que una hoja recta por el efecto geométrico de desgarro que deja en el cuerpo del afectado, mientras que una hoja recta deja un corte limpio que puede ser fácilmente suturado. A diferencia de otros tipos de esgrima, en las que se hablan de cortes o estocadas, la esgrima de Corvo habla de golpes o picotazos, siendo definitivamente más fácil hacer un daño mayor sin una preparación tan especializada como con otras armas, ya que el Corvo no requiere una gran fuerza, destreza, flexibilidad o agilidad para ser usado con efectividad. Lo verdaderamente importante es la solidez de la muñeca, juzgar bien las distancias y saber aprovechar la oportunidad.
Como se dijo anteriormente el Corvo se toma con la mano atrasada como un martillo, con la punta mirando directamente a los pies del enemigo y manteniendo la mano a la altura de la cadera. La mano adelantada se mantiene cercana al cuerpo para contrapesar o se usa para fintear, forzando al enemigo a exponerse.
Jamás hay que olvidar que el Corvo concentra su peso y momentum en la punta o el filo, dependiendo de la ubicación del blanco. Aunque el Corvo no sirve para apuñalar, la forma del cuchillo permite mecánicamente multiplicar la fuerza del atacante y provocar heridas graves o mutilaciones fácilmente.
La pelea con Corvo es brutal y despiadada, la actitud mental es lo primero y sólo debe buscarse el golpe que da fin inmediato a la contienda ya que el Corvo no tiene aptitud para la defensa, por su peso es lento para bloquear y su forma no permite cubrir un ataque y se reduce en cerca de una pulgada su alcance máximo.
El Corvo, una vez que se lanza el primer golpe, no puede detenerse, debiendo emplearse con la máxima violencia y agresividad (se vuelve a repetir, el Corvo desgarra y fractura, no como los cuchillos corrientes que cortan y punzan). Por esto, el primer golpe debe ir a un objetivo vital e incapacitante y no perderse en atacar las extremidades del enemigo. Quien esgrime un Corvo debe esquivar de forma instintiva (puede ayudarse con el juego rápido de pies y de la mano adelantada) y solo al tener a la vista un blanco seguro, atacar (cuando se ataque el golpe tendrá que ser definitorio por que se entrará en el radio de acción del cuchillo del adversario, así es que se deberá bloquear, cortar, desgarrar, patear, barrer o matar). El ataque se realiza a fondo buscando las partes más sensibles y dando golpe tras golpe, rematando al enemigo múltiples veces. La violencia desatada evita, además, la intervención externa, ya que un tercero que intentara intervenir podría resultar malherido.
Como curiosidad, se puede añadir que los Corvos pueden ser empleados como armas arrojadizas, aunque no fueron diseñados específicamente para ese uso. Los expertos señalan que la mecánica del lanzamiento de Corvos se parece mucho al lanzamiento de hachas. 

El Simbolismo del Corvo

El Corvo posee una curiosa simbología, destinada a comunicar mediante motivos religiosos, esotéricos o vegetales ciertos hechos o mitos a quienes sepan descifrarlos. A continuación un listado de los principales símbolos:

El Árbol de la Muerte. Antiguamente se tenía la macabra costumbre de anotar las victorias en los mangos con metal o dibujos, o en la hoja se tallaban muescas, significando cada una un muerto. Estas muescas o dibujos se hacían de tal forma que, vistos en su conjunto, formaban un árbol, de ahí su nombre.
La Cruz de Salomón. Se dice que este dibujo, realizado sobre la hoja, otorga protección al Corvero, contra la cual no hay maldición ni trampa que valgan.
El Ojo del Ángel. Es un diseño de la empuñadura que consiste en una banda de ónice con bronce sobre un fondo blanco (por ejemplo hueso), que según la tradición confundirá la vista del oponente y será lo último que vea el derrotado al abandonar este mundo en un duelo corvero: el Ojo del Ángel.
Los Motivos de Fuga. Este diseño corresponde a las hojas y ramas moviéndose al viento y representa a la sangre vertiéndose.

Las Tradiciones del Corvo

El Corvo debe llevar un nombre porque “en cuanto toca sangre, vive”.
Este jamás se compra excepto si te lo vende un amigo, este se manda a hacer o se lo hace uno mismo, se hereda, se regala o se lega, se captura o se roba.(En lo personal no considero malo comprar un Corvo hoy en día por dos razones, una es asegurar la calidad de la pieza y la otra es asegurar la continuidad del Corvo.)
Una vez hecho o adquirido, el Corvo deberá acompañar a su amo durante toda su vida, como si fuera una extensión natural de sí mismo.
Antiguamente, cuando el rencor era avivado por el alcohol, ocurría un duelo a Corvo. Los oponentes eran amarrados de un tobillo con un pañuelo o una cuerda, y solo aquél que quedara vivo tenía el derecho a cortar de un golpe la cuerda y salir del sitio, aunque por lo general los dos corveros terminaban mal, caídos en un abrazo fatal.
El Corvero, cuando esté disputando un duelo a muerte, jamás hará un ataque con el Corvo, aunque tenga el blanco listo, a no ser que sea para dar el golpe de gracia que acabe con el oponente en un largo y único quejido. Por lo mismo, los duelos a Corvo son tardados y trabajados donde se espera que el adversario esté cansado para, recién ahí, atacar.

Conclusión

El uso del corvo en Chile está desapareciendo poco a poco. Es una lástima que un cuchillo que pudiéramos decir autóctono de América ya que fue perfeccionado acá sea reemplazado en las fuerzas militares chilenas. El corvo es un símbolo importante de la cultura chilena y no debería desaparecer. La FAME dejó de producirlos y buscaba una empresa privada que se encargara de eso pero parece ser una movida política, según dicen algunos, para borrar su memoria. Durante el régimen militar de Augusto Pinochet, se ejecutaron a prisioneros políticos en muchos casos con corvos antes de ser fusilados, especialmente durante la caravana de la muerte. Por lo que hoy en día el tema del corvo tiene un tinte político ya que muchos lo recuerdan como un símbolo militar de la época de la dictadura por hechos como el anterior. A partir de 1990 el gobierno de Chile, ha borrado innumerables siluetas de corvos. Estas siluetas habían sido grabadas en los faldeos de cerros que dominan lugares donde se habían librado batallas, todas recuerdan el pasado de Chile, muchas el de la presencia militar. Algo tan importante en la cultura no debería ser borrado sin importar los tintes políticos. Bueno o malo forma parte de su historia.
Supuestamente hoy en día su instrucción a las FFAA en Chile es muy básica y sólo se enseña un poco más profundo a los Comandos Especiales. El arte del uso de esta arma se está perdiendo.

Bibliografía


El Corvo Chileno 2.0 [http://corvochileno.site40.net/]
Hernández M. , J.E. 2014. Diccionario enciclopédico de armas, Ver 1.1. Sanjal-Do.
Hernández M., J.E. 2014. Guía del cuchillo, Ver. 1.0. Sanjal-Do.
Plath, O. 1946. El lenguaje de los cuchillos. En: Baraja de Chile. Zig-Zag. Chile.


Esgrima de Corva I: El Corvo

Esgrima de corva I: el Corvo

El corvo es un arma blanca tradicional chilena, de carácter ofensivo, apta para la lucha cuerpo a cuerpo y de uso como herramienta.

Descripción

Hoja: presenta forma curva, la que le da su denominación, fabricada en acero procedente de hoces, discos de arado, limas, etc. Ya que muchas veces el corvo era producido en casa. El acero es oxidable siempre con un contenido de carbono relativamente alto, ya que puede afilarse mucho más que la aleación inoxidable, por lo que debe protegerse con aceite mineral. La hoja termina en punta, la que puede estar entre 10-90º medidos tomando como referencia el eje longitudinal del arma. La hoja es introtorsa, es decir el filo principal es el interno, pudiendo no estar presente uno externo, este último puede ocupar una proporción variable del dorso.

Mango: posee una cazoleta en el extremo más cercano a la hoja de forma ovalada a rectangular, fabricada en acero o bronce. Esta cazoleta protege los dedos contra el arma enemiga. La parte central del mango a veces presenta bordes poligonales para mejorar el agarre; está hecho de madera, metal, cuerno, asta, hueso, lapislázuli, cuero, etc. Puede estar dispuesta de dos maneras: como placas fijadas con remaches a los laterales de la hoja o como rodajas de material ensartadas en la espiga de la hoja y remachadas al final. El extremo del mango (pomo) tiene forma rectangular u ovalada y tiene como función librar la muñeca si es apresada por el enemigo. Existen corvos con pomos de bronce u otro material hechos para dar golpes de revés. También se puede encontrar un agujero en el mango o pomo por donde se pasa una lienza, la cual se ata a la muñeca para afianzar el arma y evitar que esta se pierda.
Por lo general el Corvo es de fabricación artesanal, pudiendo ser forjado por un maestro artesano o por su propio usuario. El Corvo puede ser fabricado con materiales de oportunidad, en cuyo caso es posible determinar la zona geográfica de éste y la de su forjador, examinando sobre todo la empuñadura.
Por el empleo del material de los mangos se puede identificar el lugar de procedencia del Corvo; así, en los mangos de los Corvos de la zona sur se encontrará la rodaja de suela, madera, asta, y no de metal o lapizlázuli que corresponden a los Corvos de la zona norte. También se verán en los pomos y en el retén o tope materiales de reciclaje, bronce en la mayoría de los casos, extraídos de piezas de poleas o maquinaria de barcos, mientras que en los modelos militares la empuñadura es de plástico duro.

Historia

El corvo es un arma que aparece recurrentemente en la literatura, temas de folclore y episodios históricos de Chile. La primera referencia escrita al corvo aparece en La Araucana, poema épico de Alonso de Ercilla y Zúñiga (1569), donde es descrito como cuchillo de utilidad. Se los llamaba "corvillos" en Europa, siendo utilizados desde hacía muchos años por españoles, franceses e ingleses, según el poema. De acuerdo a lo anterior, el corvo llegó a Chile con los españoles, exmilitares de los Tercios de Carlos V, que habían combatido en las batallas de Flandes y Pavía, según cuenta Francisco Antonio Encina en su Historia de Chile.
 El origen del corvo debe buscarse en un cuchillo muy similar, aunque más pequeño y liviano, conocido en la península ibérica (País Vasco, Extremadura, Andalucía y Castilla y León) como cuchillo de marras, usado en las vendimias como herramienta agrícola. Sin embargo, sólo en Chile desarrolla un tamaño y peso que lo vuelven poco útil para algunas faenas. Dada la economía basada en la ganadería en el Chile colonial, evolucionó su uso y su masificación por el «roto» (trabajador ganadero chileno) quien además lo usaba como arma de defensa. No obstante, no se encuentran rastros de esta arma como tal en otros lugares de América.
Uno de los primeros registros sobre el corvo data de 1634, cuando se hizo una prohibición para que ningún indio, negro, mestizo y plebe o vulgo en general usara un cuchillo alfanje o catán de forma curvada usado por los indígenas durante el gobierno de Jáuregui. En Chile, el corvo ya era conocido en las pampas y en las zonas agrícolas antes de la Guerra por la Independencia (1810), cuando era usado para cortar cueros, ramas y sogas, y también para escarbar la tierra en busca de vetas de salitre y minerales. También existen múltiples referencias a su uso como arma en duelos y grescas durante la Colonia y, posteriormente, durante la República, según Oreste Plath en su ensayo El lenguaje de los cuchillos. Además, es muy mentado en los cuentos de las zonas rurales, en especial en aquellos de bandidos, cuatreros y rotos en general.
El Corvo aparece por primera vez como cuchillo de combate el 8 de julio de 1821, dentro del contexto de las guerras civiles argentinas. Las tropas del general chileno José Miguel Carrera se enfrentan en inferioridad numérica y sin municiones a las tropas del coronel Bruno Morón en la batalla del Rio Cuarto. La batalla se desarrolla en casi su totalidad con armas blancas, y las milicias irregulares de chilenos salen victoriosas, pasando por el Corvo hasta el mismísimo coronel Morón. El corvo aparece después en la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana (1836-1839), donde fue llevado al frente de forma irregular sin formar parte de las armas reglamentarias, como lo demuestran sus diferentes formas, materiales y tamaños y la no inclusión en los uniformes oficiales. Los campesinos reclutados lo llevaron como cuchillo de utilidad y de autodefensa, encontrándose aún reliquias en museos, hogares, en la pampa chilena y en la sierra peruana. Su valor como arma militar quedó afianzado en las campañas terrestres de la Guerra del Pacífico (1879-1884), en particular en el Asalto y toma del Morro de Arica el 7 de junio de 1880. Francisco A. Machuca, en Las cuatro campañas de la Guerra del Pacífico (1928), narra:

Las tropas montadas labran con él estacas para atar el ganado. Los infantes cortan fajina para sus chozas y leña para el rancho; con él se abren las latas de conserva, se desuella un cordero, y en los entreveros, presta inapreciables servicios como arma corta y silenciosa. Nuestro soldado no va con equipo completo si carece de él. Su uso —sugería— debiera ser reglamentario y obligatorio.” (Las cuatro campañas de la Guerra del Pacífico, vol. 2, p. 32).
El corvo fue incluido como parte del armamento de la Infantería del Ejército de Chile en 1963. En 1974, esta arma fue estudiada por el Ejército de Chile, como parte de los preparativos ante la posibilidad de guerra con Argentina por el entonces teniente Carlos Azagra por encargo del capitán José A. Quinteros, quien desarrolló un sistema de combate especialmente para esta arma. Con este propósito, entrevistó a los principales corveros de Chile, muchos de ellos cumpliendo condena en cárceles, incluso uno que había ultimado a 7 personas con esta arma en una riña, con el propósito de entender el uso popular como arma de combate cuerpo a cuerpo y diseñar el arma institucional, seleccionando un modelo capaz de cortar limpiamente un grueso clavo de acero, según se cuenta popularmente. 
Chile llevó a la frontera con Argentina, por primera vez oficialmente, su corvo, fabricado por FAMAE (Fábrica y Maestranzas del Ejército) en 1978. Tras la salida del general Augusto Pinochet durante el retorno a la democracia en Chile, en un hecho político sin precedente, el Brigadier José Zara le ofrece al General Pinochet disponer de sus "corvos acerados", frase que tuvo honda repercusión. Hoy, en el Ejército de Chile, el empleo del corvo se mantiene en forma de instrucción básica de combate para la rama de Infantería y en las escuelas de Fuerzas Especiales, o Comandos, de las tres ramas de las fuerzas armadas. También se mantiene para uso conmemorativo y desfiles, pese a que en el 2000 su fabricación por FAMAE se ha detenido tras 29 años.

Tipos de corvos

En la actualidad, el corvo chileno ofrece distintas variedades y ángulos rediseñados de su hoja: el curvo, el atacameño, el pavonado, el cromado, etc. Algunas surgieron del perfeccionamiento de armas que se realizó durante los años setenta, cuando debieron ser producidas masivamente ante la inminencia de dos intentos de agresión de parte de países vecinos. La forma de la hoja es lo que define al corvo y le confiere su carácter particular. Su filo interior lo distingue claramente de las armas de origen asiático, ya que éstas poseen el filo en su cara externa, al igual que ciertas imitaciones extranjeras. Los corvos chilenos miden hasta unos 30 cm. de longitud, correspondiendo unos 12 al mango y 18 a la hoja (más unos 4 cm. que corresponden a la curvatura) y tienen unos 4-5 cm. de ancho y 4 mm de grosor.
·       El Corvo Atacameño o Pico de Cóndor.  (Zona Norte)  Este Corvo es el usado por los calicheros y mineros del norte, su hoja es más alargada y su curvatura es menos pronunciada. Se caracteriza por un triángulo de bronce o acero antes de la hoja que la separa del mango y posee un solo filo, por el lado interno de la hoja. Este modelo de Corvo es el que ganó la guerra del Pacífico, especialmente de la mano de los batallones Atacama y Coquimbo, compuestos de mineros y pirquineros que hicieron de su herramienta de trabajo un temible cuchillo de combate.

·       El Corvo Uña de León o Garra de Puma. (Zona Norte)  Este es un Corvo un poco más robusto, con una curvatura muy gruesa y pronunciada. A diferencia del Corvo Atacameño, que posee un característico triángulo de bronce o acero antes de la hoja, el Uña de León tiene un grueso cono de bronce o acero con terminaciones redondeadas. Una característica principal de los Corvos de la zona norte de Chile, son las abundantes terminaciones e incrustaciones en bronce, cobre, latón y lapizlázuli; en los mangos, pomos y topes, inclusive, en la hoja, con forma de pequeños círculos.
·       El Corvo Pico de Choroy o Pico de Loro. (Zona Sur) Es el más grande y robusto de los Corvos chilenos. Su mayor característica es su robustez y peso que lo hacen útil incluso para partir madera. Su hoja es muy ancha, y a diferencia de los demás Corvos éste tiene doble filo, siendo lo más notorio que al nivel de la curvatura la hoja es más gruesa, concentrando todo el peso del metal en la zona curvada, asemejándose justamente al pico de los choroyes, como comúnmente se les llama en el sur de Chile a los loros de las montañas.
·       El Corvo Cacho de Cabra. (Zona Sur) Este Corvo es una versión más pequeña y liviana del Pico de Choroy, siendo un Corvo intermedio entre éste y el Uña de León. Una característica típica de los Corvos sureños son la tosquedad del mango, y el uso de cuero, madera, suela, hueso y cuerno en la confección de éste, y para los pomos y topes, es común el uso de acero y hierro reciclado de herramientas forestales y utensilios para el marcaje de ganado.
·       La Uña del Diablo o Pezuña del Diablo. (Zona Central) Es el Corvo delictual por definición, de origen netamente urbano; es éste el Corvo de los chinganeros. Su mayor característica es su pequeño tamaño y su hoja delgada pero extremadamente curva, lo que lo asemeja mucho a una hoz en miniatura. Este Corvo en particular se desarrolla bajo las primeras prohibiciones de porte de armas blancas impuestas en la colonia española y está confeccionado para estar oculto entre las ropas ya que, al contrario de los demás Corvos, éste fue creado para ser un arma blanca para llevar oculta, ideado para evadir a la justicia.
·       El Corvo militar Atacameño o militar Pico de Cóndor: Este modelo fue, hasta hace poco, el que se usaba en las tropas regulares del ejército de Chile. Su hoja tiene una curvatura de 45 grados y, comparado con el modelo tradicional, éste es un cuchillo mucho más robusto y táctico.

§  El Corvo Comando o militar Pico de Choroy.: Este fue el cuchillo oficial de la escuela de fuerzas especiales y paracaidistas del ejército de Chile, los boinas negras. Su hoja tiene una curvatura de 90 grados y la esgrima de Corvo que utiliza es levemente distinta de su símil Atacameño, debido principalmente al ángulo de curvatura de su hoja.

Los dos últimos cuchillos militares son ambos de acero con filo a ambos lados, con guarda de acero, una empuñadura preferentemente de plástico duro segrinado -aunque también existen modelos con empuñaduras de madera-, con un agujero por donde se pasa una lienza para sujetar el cuchillo a la muñeca, y rematan en un pomo oval de acero, pudiendo encontrarse la hoja en colores pavonado o acero brillante. Fueron sometidos a duras pruebas para probar su valía; una de dichas pruebas fue el cortar limpiamente un clavo de 4 pulgadas. Otra anécdota que se cuenta es que, cuando recién se había inventado la esgrima de Corvo, cierto militar probó su Corvo Comando con la esgrima recién aprendida contra un refrigerador desechado, pero en buen estado (de acuerdo a lo que se cuenta) el refrigerador quedó literalmente hecho tiras. Por último, es importante remarcar que, pese a estar basados en dos modelos ya existentes, los Corvos militares poseen importantes diferencias con respecto a sus pares tradicionales en cuanto a materiales, forma y características, razones por las cuales deben ser considerados como modelos únicos, con nombres propios dentro de la clasificación de Corvos.

Según Oreste Plath, los corvos se dividían o clasificaban en tres categorías:
·                Corvo de lujo, hecho de forma cuidadosa, con un mango hecho de varios anillos de bronce, hueso, madera o piedras,
·                Corvo popular, hecho de cualquier material, como herramientas,
·                Corvo historiado, que lleva incrustados en su hoja círculos de metal blanquecino o grabados con árboles de la muerte, ojos del ángel, cruces de Salomón, motivos de fuga contabilizado el número de muertos con el arma.

Bibliografía

El Corvo Chileno 2.0 [http://corvochileno.site40.net/]
Hernández M. , J.E. 2014. Diccionario enciclopédico de armas, Ver 1.1. Sanjal-Do.
Hernández M., J.E. 2014. Guía del cuchillo, Ver. 1.0. Sanjal-Do.
Plath, O. 1946. El lenguaje de los cuchillos. En: Baraja de Chile. Zig-Zag. Chile.